20 de Marzo de 2018

Tapas de tartas y empanadas cooperativas

La fábrica La Litoraleña fue recuperada por sus trabajadores en 2015.

 

Más de 50 trabajadores están al frente de la fábrica de tapas de empanadas “La Litoraleña”, ubicada en el barrio porteño de Chacarita. Recuperada en 2015 luego de un arduo proceso, apuestan al crecimiento autogestivo basado en la confianza de los clientes.

Luego de varios meses sin cobrar sus salarios y en un proceso evidente de abandono y vaciamiento de la empresa por parte de sus antiguos dueños, los trabajadores de La Litoraleña decidieron en 2015 tomar las riendas de la fábrica de tapas para tartas y empanadas. Lo hacían para comenzar un nuevo camino a través de la forma cooperativa. El 27 de octubre de aquel año ocuparon definitivamente la planta ubicada en el barrio porteño de Chacarita.

Con más de 40 años de historia, La Litoraleña hoy produce de manera autogestiva. Son más de 50 trabajadores que, tras una intensa lucha por la recuperación, están en una etapa distinta y prometedora. “Fue muy importante el avance que tuvimos en muy poco tiempo y ahora hay que saber llevar la dirección. Tenemos un potencial que, si lo sabemos aprovechar, nos ofrece muchas chances de crecer”, dice Luis Baini, presidente de La Litoraleña.

Ahora se están enfocando, además de los canales tradicionales de venta, a supermercados y mayoristas. El canal distribución está avanzando y creciendo. Llegaron a Santa Cruz, Mendoza y Misiones e hicieron pie en el interior de la provincia de Buenos Aires.

También proyectan incrementar la colocación de los productos en el sector gastronómico, culminar los trámites de la habilitación definitiva y finalizar la obra de un nuevo local de venta al público que estará ubicado en la fábrica. Ese punto de venta se sumará al que ya existe en la avenida Garay 3768.

Para este crecimiento fue esencial el apoyo de entidades como la Federación Argentina de Cooperativas de Trabajadores Autogestionados. También del Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos y la filial Villa Crespo del Banco Credicoop.

 

Texto: Maximiliano Senkiw. Foto: Horacio Paone. Para ver la nota completa, hacé click aquí