26 de Octubre de 2023

La Huella, articulación cooperativa y comunitaria para la integración sociolaboral de pacientes del Hospital Borda

A partir del trabajo conjunto entre cooperativas, la comunidad y entidades públicas, los pacientes del Hospital Borda pueden tener una salida laboral a través del asociativismo en La Huella.

La cooperativa La Huella busca la integración socio-laboral de personas con discapacidad dentro del Hospital Borda a través de la carpintería, y trabajan en conjunto con otras cooperativas que les proveen insumos y servicios.

Federico Bejarano es un trabajador de la salud mental del Hospital Borda y es asociado de apoyo de La Huella, un tipo de cooperativa que, según expresó a ANSOL, “no puede ser exactamente igual a cualquier cooperativa de trabajo”, porque su objeto central es la inclusión sociolaboral de las personas, por lo que están luchando para incidir en las normativas para que se cree un carácter cooperativo adaptado a las necesidades de estas personas.

“Nuestro alojamiento físico sigue siendo el hospital, hicimos mesas, sillas, armarios, percheros, huerteros, maceteros, innumerables piezas de reciclado, ya que en el momento fundacional dijimos de trabajar en función del cuidado ambiental”, agregó Bejerano.

Desde el comienzo de la cooperativa, forman parte de la Federación de Cooperativas Autogestionadas de Buenos Aires (FEDECABA), y articulan con entidades dentro de ese círculo, como las cooperativa gráficas Campichuelo Vulcano, quienes les proveen maderas y materiales como pallets para realizar su línea de huerteros y maceteros, además de ser clientes

Asimismo, forma parte de esta red intercooperativa el almacén Iriarte Verde, quienes compran toda la línea jardín (huerteros, macetas y aboneras) y orientadores, también con Apalabrar, que los acompaña en lo que tiene que ver con psicología.

Frente a un pedido de la Autoridad Cuenca Matanza Riachuelo (ACUMAR), también trabajaron la producción de grandes huerteros en conjunto con la cooperativa de construcción La Nacional. También construyeron un invernadero para un jardín de infantes que fue construido por la cooperativa de arquitectos ASuMa.

En las Duchas del Sagrado, un programa de duchas para personas en situación de calle, también trabajaron en conjunto con la parroquia a través de la construcción de productos de carpintería. También con la cooperativa Taller Imagen, de contenido audiovisual, quienes crearon un video institucional para La Huella.

Para nosotros la intersección de distintos actores es clave, lo público tiene que estar presente en forma clara, por eso logramos una resolución del INAES en donde se permite una creación de actores múltiples, la familia, el voluntariado, trabajadores del de la del sistema público pueden ser asociados para poder darle sustentabilidad”, explicó Bejerano.

En este sentido, agregó que, a partir de la ayuda de los socios de apoyo se pudo lograr el crecimiento que tuvieron estos años, con la finalidad de que sus asociados no estén limitados dentro de la estructura “asistencial y sanitaria”, sino que “puedan completar su proceso de integración social”.

Acerca del proceso de integración social, destacó: “Es lo que demanda la Ley de Nacional de Salud Mental N° 26.657, que los procesos de tratamiento tienen que ser en la comunidad y también tiene que haber casas de medio camino y cooperativas de trabajo

La Huella comenzó a formarse en el 2011 y en el 2013 lograron incorporarse por completo al mundo del asociativismo, el cual Bejerano describió como “muy complejo” y por eso buscan que se cree un nuevo tipo de cooperativa que contemple la inclusión sociolaboral.

El asociado de apoyo recordó los comienzos de la cooperativa en conjunto con Oscar Ferrara, que había estado internado. La cooperativa comenzó a ser autónoma con apoyo del hospital, y decidieron crearla en el momento que aparecieron obstáculos con la reinserción de los pacientes: “Encontramos una dificultad en este proceso de rehabilitación cuando las personas logran su alta médica y judicial, momento en el que hay una pérdida de la autonomía y de la ciudadanía”.

Sobre esta línea, explicó que en esta instancia las personas no encontraban formas de alojamiento por fuera del hospital, por lo tanto no llegaban a integrarse por completo a la comunidad, e inclusive volvían a ser internados tras sufrir una crisis. La creación de la cooperativa fue la solución a este problema, nuevas “formas de trabajo que sean capaces de alojar estas diferencias”.

De esta manera, combinando la carpintería con el arte y el reciclado, la cooperativa funciona como empresa social: articulación entre las cooperativas, las entidades públicas y la comunidad logran brindarle una oportunidad a personas que son totalmente excluidas del mercado laboral tradicional.

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Fuente: Ansol